lunes, 4 de abril de 2011

Drazen Petrovic - Vlade Divac

Para construir una amistad hacen falta años, a veces muchos años. Para destruirla, tan solo un instante es preciso. Es la primera frase que os encontrareis en cualquier artículo referido a la relación entre Vlade Divac y Drazen Petrovic. Es la misma frase que uso Vlade Divac para referirse a su relación con Petrovic.
Estos dos jugadores son dos de los más talentosos que jamás han salido de Europa para jugar en la NBA, y en esta ocasión ambos pertenecían a la misma selección, Yugoslavia, antes de la fragmentación del país a mediados de los 90.
Esta es la historia de dos hombres, dos amigos, a los que la Guerra de Yugoslavia los separó.
En 1988 Yugoslavia juntó a una generación de jugadores irrepetible en su selección nacional. Estaban encabezados por Petrovic, Divac, Radja o Kukoc. Fueron subcampeones olímpicos. Un año después ganaron el Europeo celebrado en Croacia. Al año siguiente sí se hicieron con el oro en el Mundial, por delante de la URSS o de EEUU. Ese equipo estaba destinado a hacer historia, si es que no la había hecho ya. Drazen y Vlade eran compañeros de habitación con la selección. Eran algo más que amigos, eran casi hermanos. Realmente todos eran una gran familia desde los Juegos Olímpicos de 1988. Pero la Guerra lo cambió todo. Al caer el comunismo, se comenzó a hablar de independencia en Yugoslavia. Croacia comenzó a hablar de independencia.
Ambos iban a iniciar en el mismo año, tras el europeo de Croacia la aventura en la NBA. Aunque Drazen ya había sido seleccionado en 1986, había decidido esperar y crecer más en Europa. Por su parte, Vlade fue seleccionado ese año en el número 26 del Draft por nada menos que Los Ángeles Lakers. Se llamaban a diario por teléfono, cada uno para comentar sus experiencias diarias.
Ese primer año fueron la cara y la cruz de una moneda. Uno, era la sensación del momento en California. El otro, no contaba en la rotación de su equipo, los Blazzers. A pesar de eso, fue finalista de la competición. A final de la temporada se volvieron a juntar, por última vez ambos, con Yugoslavia, para la disputa del campeonato del Mundo de 1990, en Argentina. Un campeonato que ganaron, pero que significó el adiós a la amistad entre los dos grandes talentos de la selección.
En la celebración del campeonato, en la propia cancha, un aficionado acudió ante Divac, Petrovic y compañía con una bandera independentista, concretamente de Croacia. Vlade fue a recriminarle que accediese a la pista con dicha bandera, y, según relata el pívot, recibió una mala contestación por parte del seguidor, por lo que le quitó la bandera y la arrojó al suelo. Fue un gesto que pasó totalmente desapercibido para todos los integrantes de la selección, pero no así para la prensa croata, que llegó a inventar calumnias acerca del comportamiento de Divac con respecto a la bandera.
Y ese gesto tampoco pasó desapercibido para Drazen. Él lo entendió como un gesto político, y como croata que era, se sintió muy ofendido. No es que su relación se hubiera resentido, es que literalmente, su relación se había roto. Aunque de cara a la prensa americana mantuvieran las posturas, entre ellos ya nada era igual. No se llamaban cada dos días. No se llamaron cuando en ese segundo año el croata fue traspasado a los Nets. Simplemente ya no tenían relación ninguna.
En 1991 fue la última vez que jugó Yugoslavia un campeonato unida, aunque lo hizo sin Petrovic, ganando el torneo, pero la guerra ya había iniciado el final de ese equipo. Un año después, para las olimpiadas de Barcelona, Croacia se presentó ya como un país independiente, alcanzando la final ante el imbatible equipo del Dream Team de los Estados Unidos, con Jordan, Johnson, Bird y compañía. Yugoslavia no pudo ni participar, por las sanciones internacionales que le impusieron.
Drazen Petrovic fallecía en un accidente de automóvil el 7 de Julio de 1993 en Delkendorf, sin haber vuelto a hablar con Divac. Ese día quedó una conversación pendiente para siempre entre ambos.
Es increíble lo que una simple bandera, y un gesto inocente en la celebración de un título deportivo conseguido por un país en aquel momento todavía unido es capaz de hacer. En este caso, separar a dos íntimos, a dos pioneros de Europa en la NBA, ambos del mismo país, Yugoslavia, mientras estuvo unida. Fueron los horrores de la guerra serbocroata en el mundo del deporte.


saludos a todos, David!!

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