jueves, 14 de abril de 2011

Team Hoyt

El conocido como Team Hoyt es un equipo formado por un padre y por un hijo. El padre se llama Dick y el hijo Rick, nacido el primero de ellos en 1940 y el hijo en 1962. Ambos son de la localidad de Massachussets. Ambos participan siempre juntos, formando un equipo, el Team Hoyt, en varias pruebas, como maratones o en el triatlón.

El triatlón es una de las pruebas deportivas individuales más duras que conozco. Supone la realización de tres disciplinas, que combinándolas suponen la consecución de la prueba. Esas pruebas son natación, ciclismo y atletismo, realizadas por ese orden. La distancia que nadan los atletas es de 1.5 kilómetros, sobre la bicicleta 40, y 10 más en carrera continua. En el computo global, el que menos tarde en realizar dicho recorrido es el vencedor de la prueba.
La otra disciplina en la que más han participado ambos es el maratón, o lo que es lo mismo, recorrer nada más y nada menos que 42 kilómetros y 195 metros a pie.

Hasta aquí he comentado la magnitud de las dos pruebas principales en las que participan, pero ahora voy a hablar de la historia que tienen padre e hijo, que es digna de alabar.
Rick Hoyt nació en 1962, y nada más dar a luz su madre la mala suerte se cebó con él, puesto que el cordón umbilical se le enredó alrededor del cuello. Con ello se le cortó el flujo de oxígeno dirigido al cerebro, provocándole una parálisis en todo el cuerpo.
Los médicos no dieron opciones a los padres, les dijeron que bajo ningún concepto se desarrollaría su hijo. Es más, antes de cumplir un año Rick, les dijeron que deberían sacrificarlo, puesto que toda su vida se quedaría en estado vegetal.
Afortunadamente sus padres hicieron caso omiso a las advertencias y consejos de los médicos, e intentaron criarlo de la forma más normal posible, queriendo incluso que fuera al colegio, ya que aunque fuera incapaz de hablar, si era capaz de entender.
Un grupo de ingenieros de la universidad de Tufts decidió ayudarlo, y le construyeron una máquina interactiva que con un movimiento controlado de la cabeza de Rick, hablaba por él. Todo esto, cuando ya tenía 10 años. 3 años más tarde, por fin, fue admitido en una escuela pública, un logro impresionante.

En 1977 le preguntó a su padre si podía competir en una carrera benéfica, de 5 millas. Su padre, que no era para nada un atleta, aceptó empujar durante esa distancia la silla de ruedas de su hijo. Llegaron los últimos a meta, pero Rick no se había sentido como un discapacitado mientras disputaban la prueba.
Poco a poco fueron corriendo más carreras a lo largo del año, formando su equipo, el Team Hoyt, hasta que por fin, en 1981 participaron por primera vez en la maratón de Boston, es decir, 42.195 metros empujando el padre al hijo. Hasta entonces todo habían sido trabas, pero en esa maratón, el equipo consiguió terminar por delante de más de la mitad de los participantes. A partir de ahí estuvieron mejor considerados y tenían más apoyo de la gente y de las organizaciones.
Tras completar el recorrido durante 4 años, Rick le preguntó a su padre si quería acompañarle en un triatlón. Rick averiguó que ahora además de correr empujando a su hijo, esta vez también debían nadar y montar en bicicleta. Para ello, Dick tendría que aprender a nadar y a montar en bicicleta, nada menos. Evidentemente, la bicicleta tendría que ser adaptada, para poder transportar a Rick, y al nadar, debería arrastrar una balsa en la que fuera el hijo. Pero no podía decirle que no a su hijo, y terminó aceptando su propuesta. También completaron el reto, y no en una o dos ocasiones, si no que hasta el año pasado lo habían hecho ya en 206 ocasiones. Y no lo hacen precisamente lentos. Una de las últimas que han corrido, con 66 y 44 años respectivamente, la completaron en menos de 17 horas. El ganador lo hizo en algo más de 8 horas. Es decir, solo el doble de tiempo. Muchos de nosotros, no seríamos capaces de completarla en ese tiempo ni yendo nosotros solos.

Pero Rick tenía más hambre de superación. Le propuso a su padre, nada menos que completar un Ironman. Eso supone nadar 3.8 kilómetros, rodar en bicicleta nada menos que 180 y correr una maratón, es decir, 42.195 metros. Por supuesto el amor del padre a su hijo, y la fuerza de voluntad de ambos les ha llevado también a completarlo. Nada menos que en 6 ocasiones.
Y es que el Team Hoyt ha participado en más de 950 carreras, en 65 maratones, más de 200 triatlones, 20 diatlones, y los 6 ironman comentados en el párrafo anterior.

Pero sus hazañas no se limitan a su participación en eventos deportivos. Dick ingresó en la Universidad de Boston, en la que se graduó, en educación especial, en 1993. Al poco tiempo, volvieron a su prueba, la maratón de Boston, y durante el recorrido se pudieron leer carteles de “enhorabuena por tu graduación” y “felicidades por graduarte”. Sin duda, un gran paso.
Pero aún hay algo más que se cruzó en el camino de Dick. Hace pocos años, sufrió, durante una carrera, un leve ataque al corazón. Tenía una arteria obstruida un 95%, que según los médicos, de no haber estado en tan buena forma, habría acabado con su vida 15 años antes.
Ambos dan charlas por todo el país, corren varios fines de semana al mes, entre los que se incluye el día del padre. Pero hay algo que Rick jamás podrá regalarle a su padre, y ese es su sueño. La cosa que más quiero en el mundo, dice, es que mi padre se siente en mi silla y que yo lo empuje, aunque sea una vez...



saludos de David!!

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